¿Cómo inciden las emociones en la efectividad de nuestra tarea? ¿Cómo surgen? y ¿cuáles son las respuestas más favorables?
Plantearnos estas preguntas significa que previamente hemos detectado, hemos sido conscientes, de la presencia de las emociones y de su impacto en nuestro comportamiento.
Detectar que estamos alegres, entusiasmados, ansiosos, tristes, con bronca o apesadumbrados, desmotivados, melancólicos, etc, etc, representa un grado de autoobservación poco común en las personas.
En términos generales los seres humanos experimentamos las emociones, las actuamos y luego, cuando estamos en condiciones más apropiadas, reflexionamos sobre lo realizado.
De esta forma, evaluamos o somos evaluados, acerca de la efectividad con que llevamos adelante los acontecimientos y como consecuencia los resultados que hemos obtenido.
Ampliando esta perspectiva podemos afirmar que muy pocas personas se encuentran entrenadas para deducir el origen de sus emociones. Detectarlas, observarlas y elegir las respuestas representa un símbolo de autodeterminación que incrementa nuestra efectividad en las tareas que desempeñamos.
Las siguientes preguntas nos orientan sobre la clase de consciencia que poseemos sobre nuestros diálogos internos, es decir, los tipos de pensamientos o voces que la mente propone.
¿Qué siento en este momento? ¿A qué se debe que estoy sintiendo ansiedad? ¿La ansiedad que vivo es producto de una expectativa? ¿Qué expectativa poseo sobre el resultado futuro?
Mayoritariamente las personas no realizan estos cuestionamientos. Sus reflexiones se focalizan en la acción o reacción que cada emoción sugiere, es decir: si sentimos tristeza la vivimos, la experimentamos, produciendo un resultado que podríamos llamar “entristecido”, del mismo modo los resultados pueden verse influenciados por broncas previas alterando las relaciones humanas y creando tendencias de comportamiento distorsionado.
Para poder mejorar significativamente nuestro bienestar emocional, es clave un entrenamiento, una observación regular de las mismas, el desarrollo de la consciencia que permite darnos cuenta del movimiento en nuestro interior. El entrenamiento que conlleva un conocimiento o alerta consciente de las emociones que experimentamos, representa un avance significativo en el auto conocimiento y el desarrollo de habilidades conducentes para elevar la capacidad de respuesta efectiva en nuestro trabajo.
Guillermo Rodriguez
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